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EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO > EL GÉNESIS > CAPÍTULO II - Dios > La Providencia > 28
28. Comprendemos el efecto, y eso ya es un considerable adelanto. Del efecto nos
remontamos a la causa, consideramos su grandeza por el esplendor del efecto, mas su esencia
íntima aún se nos escapa, como la esencia de una infinidad de fenómenos. Conocemos los efectos
de la electricidad, del calor, la luz, la gravedad; los calculamos y, sin embargo, ignoramos la
naturaleza íntima del principio que los produce. ¿Es racional entonces negar el principio divino
porque no lo comprendemos?