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EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO > EL GÉNESIS > CAPÍTULO VII - Esbozo geológico de la Tierra > Período de transición > 22
22. En los primeros tiempos del período de transición, la corteza sólida granítica tenía poco
espesor y ofrecía apenas una débil resistencia a la agitación de las masas materiales incandescentes
a las que recubría y comprimía. Se producían dilataciones y grietas numerosas por donde se
desparramaba la lava interior. El suelo presentaba accidentes poco considerables.
Las aguas, poco profundas, cubrían casi toda la superficie del globo, con excepción de las
partes elevadas que formaban terrenos bajos frecuentemente sumergidos.
El aire se fue purgando de las materias más pesadas, momentáneamente en estado gaseoso,
las que al condensarse por efecto del enfriamiento se precipitaron a tierra para ser arrastradas y
disueltas por las aguas.
Cuando nos referimos al enfriamiento en esa época, es preciso entenderlo en un sentido
relativo, es decir, en relación con el estado primitivo, ya que la temperatura debía ser aún
abrasadora.
Los espesos vapores acuosos, que se elevaban desde todas partes de la inmensa superficie
líquida, caían en forma de lluvias abundantes y cálidas, oscureciendo el aire. Sin embargo, los rayos
del Sol comenzaron a atravesar la atmósfera brumosa.
El ácido carbónico, sustancia naturalmente gaseosa y una de las partes que constituían al
aire, fue uno de los últimos elementos en desaparecer de la atmósfera.