EL CIELO Y EL INFIERNO o La Justicia Divina según el Espiritismo

Allan Kardec

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Eric Stanislas

Comunicación espontánea: Sociedad de París, agosto de 1868


“¡Cuántas veces las emociones sentidas vivamente por ardientes corazones nos proporcionan felicidad! ¡Oh, dulces pensamientos que venís a abrir una vía de salvación a todo lo que vive, a todo lo que respira material y espiritualmente! ¡Que vuestro bálsamo salvador no cese de derramarse a torrentes sobre vosotros y sobre nosotros! ¡Qué palabras escoger para traducir la dicha que experimentan todos vuestros hermanos de ultratumba, en la contemplación del puro amor que os une a todos!


“¡Oh, hermanos!, ¡cuánto bien por todas partes, cuántos dulces sentimientos elevados y sencillos como vosotros, como vuestra doctrina, estáis llamados a sembrar sobre la larga vía que tenéis aún que recorrer! ¡Pero también cuánto de todo esto os será recompensado aun antes del momento en que tendréis derecho para ello!


“He asistido a toda esta reunión, he escuchado, he oído, he comprendido y voy a tratar a mi vez de cumplir mi deber e instruir a la clase de espíritus imperfectos.


“Escuchad: estaba lejos de ser dichoso. Sumergido en la inmensidad, el infinito mis sufrimientos eran tanto más vivos, cuanto que no podía darme de ellos una cuenta exacta. ¡Dios sea bendito! Me ha permitido venir a un santuario al que no pueden impunemente acercarse los malos. Amigos, ¡cuán agradecido os estoy, cuántas fuerzas he tomado entre vosotros!


“¡Oh!, hombres de bien, reuníos a menudo. Instruid, porque no podéis saber cuántos frutos dan todas las reuniones serias tenéis entre vosotros. Los espíritus que todavía han de aprender muchas cosas, los que permanecen voluntariamente inactivos, perezosos y olvidados de sus deberes, pueden encontrarse, sea por una circunstancia fortuita o de otra manera, entre vosotros, heridos por un choque terrible. Pueden, y es lo que acontece muchas veces, replegarse sobre sí mismos, reconocerse, entrever el fin que se ha de alcanzar y, fuertes con el ejemplo que les dais, buscar los medios que pueden hacerles salir del estado penoso en que se encuentran. Me hago, con gran satisfacción mía, el intérprete de las almas que sufren, porque a los hombres de corazón es a quienes me dirijo, y sé que no seré rechazado.


“Tened la bondad, repito, ¡oh!, hombres generosos, de recibir la expresión de mi reconocimiento particular y el de todos nuestros amigos a quienes habéis hecho, puede que sin pensarlo, tanto bien.”
Eric Stanislas


El guía del médium:


“Hijos míos, éste es un espíritu que ha sido muy infeliz porque estuvo mucho tiempo extraviado. Ahora, comprendiendo sus faltas, y arrepintiéndose por fin, ha vuelto sus miradas hacia Dios, a quien había desconocido. Su posición no es la de dicha, pero aspira a ella y no sufre. Dios le ha permitido venir a escuchar, y después ir a una esfera inferior a instruir y hacer adelantar a los espíritus que, como él, han quebrantado las leyes del Eterno. La reparación es lo que se le ha pedido. En adelante conquistará la felicidad, porque tiene voluntad para ello.”