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EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO > PREFACIO
PREFACIO
Los espíritus del Señor que son las virtudes de los cielos, se esparcen por toda
la superficie de la tierra como un ejército inmenso, apenas han recibido la orden;
parecidos a las estrellas que caen del cielo, vienen a iluminar el camino y a abrir los
ojos a los ciegos.
En verdad os digo, que han llegado los tiempos en que todas las cosas deben
ser restablecidas en su verdadero sentido, para disipar las tinieblas, confundir a los
orgullosos y glorificar a los justos.
Las grandes voces del cielo retumban como el sonido de la trompeta, y se
reunen los coros de ángeles. Hombres, os convidamos a este divino concierto; que
vuestras manos pulsen la lira; que vuestras voces se unan y que en himno sagrado se
extiendan y vibren de una a otra parte del Universo.
Hombres, hermanos a quienes amamos, estamos a vuestro lado: amáos
también unos a otros, y decid desde el fondo de vuestro corazón, haciendo la
voluntad del Padre que está en el cielo: ¡Señor! ¡Señor! y podréis entrar en el reino
de los cielos.
EL ESPÍRITU DE VERDAD
NOTA. - Esta instrucción, obtenida medianímicamente, resume a la vez el verdadero carácter
del Espiritismo y el objeto de esta obra, por cuya razón ha sido puesta aquí como prefacio.