El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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INFLUENCIA DEL ESPIRITISMO EN EL PROGRESO

798. ¿Llegará el espÍritismo a ser una creencia vulgar o continuará siendo patrimonio de algunas personas?

«Ciertamente llegará a ser una creencia vulgar, y señalará una nueva era en la historia de la humanidad; porque está en la naturaleza, y porque ha llegado el tiempo en que debe ingresar en los conocimientos humanos. Habrán de sostenerse, empero, grandes luchas, más contra el interés que contra la convicción; porque es preciso convencerse de que hay gentes interesadas en combatirlo, las unas por amor propio y las otras por causas completamente materiales. Pero hallándose cada día más aislados los contradictores, se verán obligados a pensar como todo el mundo, so pena de ponerse en ridículo».

Sólo a la larga y nunca súbitamente se transforman las ideas. Se debilitan de generación en generación y concluyen por desaparecer poco a poco con los que las profesan, y que son reemplazados por otros individuos imbuidos de los nuevos principios, lo mismo que acontece con las ideas politicas. Recordad el paganismo, ciertamente no existen personas hoy que profesen las ideas religiosas de aquellos tiempos, y no obstante, muchos siglos después del advenimiento del cristianismo se encontraban aún vestigios de ellas que sólo la completa renovación de razas pudo borrar. Lo mismo acontecerá con el espiritismo. Hace mu chos progresos, pero aún habrá por espacio de dos o tres generaciones un resto de incredulidad, que sólo disipará el tiempo. Como quiera que sea, su marcha será más rápida que la del cristianismo; porque este mismo le abre el camino y en él se apoya aquél. El cristianismo tenia que destruir; el espiritismo sólo tiene que edificar.

799. ¿De qué modo puede coadyuvar el espiritismo al progreso?

«Destruyendo el materialismo, que es una de las plagas de la sociedad, hacer ver a los hombres donde está su verdadero interés. No estando el porvenir velado por la duda, el hombre comprenderá mejor que puede asegurarlo por medio del presente. Destruyendo las preocupaciones de secta, de castas y de colores, enseñará a los hombres la gran solidaridad que ha de unirlos como hermanos».

800. ¿No es de temer que el espiritismo no pueda triunfar de la negligencia de los hombres y de su apego a las cosas materiales?

«Se conocería muy poco a los hombres, pensando que una causa cualquiera puede transformarlos como por encanto. Las ideas se modifican poco a poco según los individuos y se necesitan generaciones para borrar completamente los vestigios de los hábitos antiguos. Sólo a la larga puede, pues, operarse la transformación, gradualmente y poco a poco. A cada generación desaparece una parte del velo, el espiritismo viene a rasgarlo del tódo. Pero, mientras llega este caso, aunque no produjese otro efecto respecto de un hombre que el de corregirle un solo defecto, sería un paso que le habría hecho dar, y por lo mismo un gran bien; porque este primer paso le hará más fáciles los restantes».

801. ¿Por qué los espíritus no han enseñado en todos los tiempos lo que enseñan ahora?

«Vosotros no enseñáis a los niños lo que a los adultos, ni dais al recién nacido un alimento que no podría digerir. Cada cosa a su tiempo. Han enseñado muchas cosas que los hombres no han comprendido o desnaturalizado; pero que pueden comprender ahora. Por medio de su enseñanza, imperfecta aún, prepararon el terreno para recibir la semilla que actualmente fructificará».

802. Puesto que el espiritismo ha de señalar un progreso en la humanidad, ¿por qué los espíritus no apresuran ese progreso por medio de manifestaciones tan generales y patentes, que produjesen convencimiento en los más incrédulos?

«Vosotros quisierais milagros. Dios los derrama a manos llenas ante vosotros, y aun tenéis hombres que reniegan de él. ¿El mismo Cristo convenció a sus contemporáneos con los prodigios que hizo? ¿No veis hombres que niegan los hechos más patentes que ocurren a su presencia? ¿No los tepiéis que dicen que no creerían, aunque viesen? No, no por medio de prodigios conducirá Dios a los hombres. En su bondad, quiere dejarles el mérito de que se convenzan por la razón».