El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

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226. ¿Puede decirse que todos los espíritus que no están encarnados están errantes?

«Los que se han de reencarnar, sí; pero los espíritus puros que han llegado a la perfección, no están errantes: su estado es definitivo».

Bajo el aspecto de las cualidades intimas, los espíritus son de diferentes órdenes o grados que sucesivamente recorren, a medida que se purifican. Por su estado, pueden estar: encarnados, es decir, unidos a un cuerpo; errantes, es decir, separados del cuerpo material y esperando una nueva encarnación para mejorarse, y pueden ser espirítus puros, es decir, perfectos y sin necesidad de nuevas encarnaciones.
Entre los Espíritus no encarnados, hay aquellos que tienen misiones que cumplir, que se entregan a ocupaciones activas, gozando de relativa felicidad. Otros como que flotan en el vacío y en la incertidumbre; estos son los errantes, en el sentido propio del término, constituyendo, en realidad, lo que se designa por la expresión almas a penar. Los primeros no siempre se consideran errantes, porque hacen una distinción entre su situación y la de los demás.