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El Libro de los Espíritus > LIBRO TERCERO — LEYES MORALES > CAPÍTULO V — LEY DE CONSERVACIÓN > NECESARIO Y SUPERFLUO > 717
717. ¿Qué debe pensarse de los que amontonan bienes terrestres para conseguir lo superfluo, en perjuicio de los que carecen de lo necesario?
«Desconocen la ley de Dios y habrán de responder de las privaciones que hayan hecho sufrir».
El limite de lo necesario y de lo superfluo nada tiene de absoluto. La civilización ha creado necesidades de que carece el salvaje, y los espíritus que han dictado estos preceptbs no pretenden que el hombre civilizado deba vivir como el salvaje. Todo es relativo, y a la razón toca hacer la justa distribución. La civilización desarrolla el sentido moral y al mismo tiempo el sentimiento de caridad que introduce a los hombres a prestarse mutuo apoyo. Las que viven a expensas de las privaciones de los otros. explotan en provecho suyo los beneficios de la civilización; no tienen de ésta más que un barniz, como hay gentes que de la religión sólo tienen el antifaz.
«Desconocen la ley de Dios y habrán de responder de las privaciones que hayan hecho sufrir».
El limite de lo necesario y de lo superfluo nada tiene de absoluto. La civilización ha creado necesidades de que carece el salvaje, y los espíritus que han dictado estos preceptbs no pretenden que el hombre civilizado deba vivir como el salvaje. Todo es relativo, y a la razón toca hacer la justa distribución. La civilización desarrolla el sentido moral y al mismo tiempo el sentimiento de caridad que introduce a los hombres a prestarse mutuo apoyo. Las que viven a expensas de las privaciones de los otros. explotan en provecho suyo los beneficios de la civilización; no tienen de ésta más que un barniz, como hay gentes que de la religión sólo tienen el antifaz.