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EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO > EL GÉNESIS > CAPÍTULO I - Caracteres de la revelación espírita > 9
9. ¿Hace Dios revelaciones directas a los hombres? Esta es una pregunta que no nos
animaríamos a responder con un sí ni con un no rotundo. No es algo totalmente imposible, pero no
existe una prueba cierta al respecto. Lo que sí sabemos es que los espíritus más cercanos a Dios por
su perfección e imbuidos del pensamiento divino, pueden ser sus transmisores. En cuanto a los
reveladores encarnados, según el orden jerárquico al que pertenezcan y el grado de su sabiduría
personal, pueden extraer las instrumentaciones de sus propios conocimientos o recibirlas de
espíritus más elevados, es decir, de los mensajeros directos de Dios. Éstos, al hablar en nombre de
Dios, pueden haber sido confundidos con Dios mismo.
Estas comunicaciones nada tiene de extrañas para quienes conocen los fenómenos espíritas y
la manera en que se establecen los contactos entre encarnados y desencarnados. Las instrucciones
pueden transmitirse de diversos modos: por medio de la inspiración pura y simple, por la audición
de palabras o por la visión de espíritus instructores, en visiones y apariciones, ya sea en sueños o en
estado de vigilia. En la biblia, el evangelio y los libros sagrados de todos los pueblos, encontramos
numerosos ejemplos al respecto. Es, pues, rigurosamente exacto decir que la mayor parte de los
reveladores son médiums, sensitivos, auditivos o videntes, lo que no significa que todos los
médiums sea reveladores y menos aún que sean intermediarios directos de Dios o de sus
mensajeros.