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EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO > EL GÉNESIS > CAPÍTULO VII - Esbozo geológico de la Tierra > Estado primitivo del globo > 15
15. El achatamiento de los polos y otros hechos concluyentes señalan con certeza que la
Tierra en su origen se hallaba en un estado de fluidez o pastosidad. La razón de este estado pudo
haber sido la materia licuada por el fuego o empapada por el agua.
El proverbio dice: “No hay humo sin fuego.” Esta proposición, rigurosamente cierta, es una
aplicación del principio: No hay efecto sin causa. Por la misma razón, se puede decir: No hay fuego
sin hogar. Ahora bien, por los hechos que ocurren en nuestra presencia, sabemos que un hogar debe
producir fuego, no solamente humo. Como ese fuego viene del interior de la Tierra y no de lo alto,
el hogar debe ser interior. Al ser el fuego permanente, también debe serlo el hogar.
El calor aumenta a medida que se penetra en el interior de la Tierra. A una cierta distancia
de la superficie alcanza una temperatura muy elevada. La temperatura de las fuentes termales será
mayor según se origine a menor o mayor profundidad. Los destellos y masas de materiales fundidos
e inflamados que se escapan de los volcanes, como de inmensos tragaluces, o por hendiduras
producidas por ciertos temblores de tierra, no dejan duda alguna sobre la existencia de un fuego
interior.