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EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO > EL GÉNESIS > CAPÍTULO I - Caracteres de la revelación espírita > 26
26. Con todo, Cristo añadió “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté
con vosotros para siempre: el Espíritu de Verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no lo
ve, ni lo conoce. Pero vosotros lo conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. [...]
Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas
las cosas, y os recordará todo lo que yo he dicho” (San Juan, 14:16, 17 y 26, y San Mateo, 17:11).
Si Cristo no dijo todo lo que hubiese podido decir, es porque Él creyó necesario callar
algunas verdades hasta que los hombres pud iesen comprenderlas. Por Él mismo sabemos que su
enseñanza estaba incompleta, ya que anunció la llegada de quien debía completarla. Él preveía que
se confundirían con respecto a sus palabras, que se desviaría su enseñanza y que destruirían lo que
Él había hecho, ya que todo deberá restablecerse, y no se restablece sino lo que fue deshecho.