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EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO > EL GÉNESIS > CAPÍTULO III - El Bien y El Mal > Instinto e inteligencia > 18
18. El instinto es el guía, y las pasiones el motor de las almas en el primer período de su
desarrollo. Ambos se confunden a veces en sus efectos. Sin embargo, entre ambos principios hay
diferencias esenciales que debemos considerar.
El instinto es un conductor seguro, siempre bueno: puede llegar a ser inútil, pero nunca
perjudicial. Se debilita con el desarrollo y predominio de la inteligencia.
Las pasiones, en las primeras edades del alma, poseen un común denominador con el
instinto: los seres son llevados por una fuerza inconsciente. Ellas nacen de las necesidades
corporales y se apoyan más en el cuerpo que en el instinto. Lo que las distingue del instinto es su
individualidad. No producen, como el instinto, efectos generales y uniformes. Por el contrario,
varían de intensidad y naturaleza según los individuos. Son estimulantes útiles hasta el instante que
despierta el sentido moral, por el cual el ser pasivo deviene un ser racional. En ese momento las
pasiones se vuelven inútiles, además de perjudiciales, para el progreso del espíritu, porque retardan
su desmaterialización. Se debilitan con el desarrollo de la razón.